Desde la época romana, Trieste ha sido una encrucijada para las culturas latina, germánica y eslava. Hoy es conocida por su impresionante arquitectura del siglo XIX y sus numerosos cafés de estilo vienés; fue construida cuando era la cuarta ciudad en importancia del Imperio Austro-Húngaro. Admira la panorámica de Trieste desde lo alto de la colina de San Giusto y visita el Duomo con sus admirables mosaicos venecianos del siglo XIII. La extensa Piazza dell’Unità d’Italia, la plaza principal de la ciudad con vistas al Adriático, está bordeada por palacios y edificios municipales. Esto nos recuerda que esta ciudad de calles sinuosas fue una vez un centro político influyente. Hoy su poder es principalmente económico, a nivel internacional.