El “tobillo” de la bota italiana, Basilicata ha sido un corredor de asentamientos desde el Paleolítico. Griegos, romanos, bizantinos y normandos construyeron aquí. Durante siglos vasallaje del Reino de Nápoles y en los últimos tiempos despoblada por la emigración, la Basilicata sigue estando lejana, poco desarrollada e inalterada. ¡Puede ser que nunca la hayas oído nombrar! Aquí los viajeros encontrarán playas idílicas en los mares Jónico y Tirreno; un interior montañoso de bosques salpicado por pueblos pintorescos; la fuente inagotable de pasta italiana incluyendo las orecchiette (“orejitas”) y las tapparelle (“grandes orejas”); las sinuosas calles y plazas de Matera y Maratea; y lugares emblemáticos, como el pueblo de Castelmezzano y las viviendas cuevas (Sassi).
Expande tus horizontes… Basilicata limita con Puglia, Campania y Calabria. Puedes combinar tu visita a Basilicata con las ruinas de Pompeya y la costa de Amalfi, ambas en Campania; con los Trulli (Trullos) de Alberobello y la Basílica de San Nicola de Bari (donde están enterrados los restos de San Nicolás, también conocido como Santa Claus), ambos en Puglia; y con las antiguas ciudades griegas de Sibari y Vibo Valentia o una estancia en un agriturismo, en Calabria.